Otro sueño que logro recordar lo suficiente como para escribirlo.
Íbamos en un camión hacia la frontera norte. Gente aleatoria y yo, no recuerdo si había alguien conocido. El chofercito manejaba desafiantemente por una carretera de dos carriles para sendos sentidos.
En cierto momento, llegamos a un punto en el que comenzamos a ver autos detenidos en el acotamiento, como refugiándose de algo. Nos dimos cuenta casi inmediatamente de qué. Balazos y bombardeos obligaban a los automovilistas, en evidente y obvio estado de pánico, a desertar en su intento por continuar la travesía, no así nuestro conductor.
En medio de autos detenidos a ambos lados de la carretera (que me recuerda bastante a la eterna recta zacatecana, camino a Coahuila), nuestro camionero no reducía su alta velocidad, ni siquiera cuando otros automotores venían huyendo en dirección contraria, contribuyendo a la histeria general.
No recuerdo exactamente cómo sucedió, si lo hirieron, mataron, se bajó y lo levantaron, o simplemente huyó, pero de pronto estaba yo en el lugar del chofer, intentando llevar a la multitud al seguro refugio de nuestro destino, que en ese momento no parecía tener tanta importancia como el viaje en sí. No creo que en algún momento haya sabido con certeza a qué lugar, o ciudad exactamente, me dirigía.
Pasamos algunos puntos de revisión, irrealmente flojos y faltos de control y seguridad, pensé que era extraño que con tanta facilidad fuera posible cruzar esa frontera. En el segundo o tercer puesto de control, me desperté, muchos detalles quedaron en el olvido, recuerdo que algo más sucedió, tenía otra urgencia en dicho puesto.
Quise seguir soñando para saber cómo terminaría la aventura.
BeAN
Commented on 2011-3-19 @ 19:08:00 pm:
Esa historia es estilo Mario Almada a menos que tu seas Mario Almada.