Sueño de matemáticas, del 28 de Octubre.
Me encontraba haciendo un examen, al parecer estilo preparatoria, y el aplicador me rompía el examen por copiar, o por estar platicando con un compañero.
Hasta donde recuerdo ahora, no estaba yo copiando, sino pasándole las respuestas a otro compañero, o entre ambos lo estábamos queriendo completar.
El “profe” me argumenta que no voy a aprender copiando, que por eso rompe el examen (o los exámenes). Entonces yo pido la palabra y le expongo que en un trabajo real como el que “ya tengo” (aunque esto es raro porque en la prepa nunca tuve un empleo de oficina), no te piden que te sepas todo de memoria, si no que puedes sacar apuntes para resolver problemas, hablar con colegas, llamar, usar la web, etc. Definitivamente muy diferente al examen.
Debo destacar que este argumento lo escuché por primera vez en otra persona, es decir, no es mío, aunque sí lo hago propio y coincido totalmente con el mismo. Se ha hablado de eso en muchos lugares, los exámenes favorecen aprendizaje de memoria y no necesariamente es significativo.
Por otro lado, no creo que un examen sea malo; es un ejercicio que aporta al proceso en general, simplemente creo que no se debe de basar una calificación, o el status de aprobado/reprobado, teniendo como 100% (o algún porcentaje mayoritario) dicho examen.
Ya despierto, recordé lo bueno y rápido que era para resolver ejercicios de matemáticas, por lo que “regresé” al sueño y me imaginé diciéndole al profe que me pusiera a prueba, que le apostaba a que resolvía 10 ejercicios que dejara en el pizarrón en menos de 3 minutos, para evidenciar que sí sé, examen o no examen, copiado o no copiado. Incluso si eran temas nuevos, suponiendo que me diera una breve explicación, mantenía la apuesta.
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